"Aguas movidas en Punta Sal" Columna de Juan Carlos Taffur
Columna escrita por Juan Carlos Taffur, director de Diario 16
Un sismo de gran magnitud se ha producido al interior de Perú Posible luego de los graves errores cometidos en las últimas semanas. Algunos alejamientos, inclusive, se habrían producido en el equipo de campaña por tales dislates.
De hecho, no fue un error propiamente dicho la constitución de la plancha presidencial, en la medida que ninguno de los designados –Bruce y Reátegui- constituye un pasivo, pero se perdió la valiosa oportunidad de armar una plancha más convocante. Acá escribimos que la plancha revelaba un grado peligroso de autoconfianza en las propias fuerzas.
De inmediato se suscita el tonto impasse armado con Mercedes Aráoz dando pie al regocijo de los apristas por la pisada del palito que los chakanos cometieron respecto de un tema, además, absurdo, como plantear un debate a estas alturas del partido.
La gota que rebalsó el vaso fue la compulsiva fijación de Alejandro Toledo por pasar las fiestas en Punta Sal. El argumento de los peruposibilistas es válido, pero políticamente feble. Es cierto que el balneario norteño no es, pues, pituco ni mucho menos. Pero el factor que se debió tomar en cuenta es que en el imaginario popular dicho nombre simboliza la frivolidad con la que se manejó en muchos aspectos Toledo en su mandato anterior.
Como era de esperar, sus adversarios políticos y mediáticos hicieron uso y abuso del tema. Es muy pronto para saber la gravedad del impacto en la ascendente carrera electoral en la que se hallaba el líder de PP, pero que el tema va a tener presencia protagónica en las elecciones, no cabe duda alguna. Y el propio Toledo ha sido el responsable de servir en bandeja una munición en su contra.
Los cálculos electorales apuntan, es verdad, a que el camino se le vaya allanando a Toledo para que vuelva a instalarse en Palacio de Gobierno. De los contendores principales, Keiko Fujimori y Ollanta Humala tienen inmensas dificultades para crecer. Es más, todo parece indicar que su intención es reforzarse en sus núcleos duros a la espera de pasar a la segunda vuelta y allí tentar suerte.
El caso de Castañeda también se muestra propicio para Toledo. A nuestro juicio, es el candidato más débil. Sus obras limeñas no le alcanzan y se está esmerando en cometer errores mayúsculos. Su delirante plancha, su abuso de la figuración usando recursos municipales (el caso de las placas es anecdótico y patético, pero sobre todo revelador) y ahora último el misil que implica el descubrimiento de que la señora Acuña “adquirió” su lugar en la plancha, confirman que la suya es una candidatura predestinada al desplome.
Pero si Toledo cree que ya ganó, va muerto. Cholo confiado, fracaso asegurado. Y eso que aún no ha comenzado a plenitud el operativo de demolición de la red mediática palaciega. El aprofujimorismo va a usar todas sus armas para destruirlo. Lo inaudito del caso es que, como van las cosas, quizá ni siquiera haga falta que eso ocurra. Si Toledo –contagiado al parecer del “ego colosal” de García- sigue cometiendo errores como los mencionados, se puede terminar ahogando al borde de la orilla.